SOS-refugiados

Recordemos esos abrazos con sabor a "por si no vuelvo a verte", y las carcajadas entre copa y copa de nuestros amigos. Tal vez esas noches en las que nos comíamos el mundo, las lágrimas de una madre emocionada, o quizá el brillo en los ojos de alguien esperanzado, que se levanta y, sin mirar atrás, escoge la primera salida a la derecha, a ningún sitio. Momentos, instantes, imágenes...que nos hacen ver las cosas desde un punto de vista más humano. Sí, humano; o eso decimos ser.

Actualmente, el mundo tal y como lo conocían algunos ha sido destruido, y con él millones de vidas. ¿Cómo se puede acabar con una persona en tan poco tiempo? Sin ir más lejos, fijémonos en Siria y en su situación.

Perdidos entre los escombros se encuentran las familias más desdichadas, rotas por fuera y por dentro, echando de menos los sueños que nunca realizaron. La guerra les arrebató el alma y las ganas de vivir, pero en ellos una luz sigue encendida. Se levantan y sin mirar atrás, escogen la primera salida a la derecha y por desgracia, a ningún sitio; porque de eso ya se encargan otros, de arrebatarles la esperanza.

Mientras ellos luchan, Europa gira la cara y por si fuera poco, se intenta sacar provecho de tal aberración.

Los derechos humanos son, a menudo, pisoteados por una buena causa, económica.
"El acuerdo con Turquía provoca las primeras tensiones", tráfico humano y sin duda de dinero.
"Crisis de refugiados en Europa", se cree que la crisis es europea, por supuesto.
"¿Violación de los derechos humanos?", puede ser, pero parece que a nadie le importa.
Y qué bien se vive en la ignorancia, ¿no?

Risas, emoción y vida, tal vez algún día para ellos.

Artículo elaborado por Cristina Donaire Ortiz.